30/11/2022

Camiones en la vía, los sentidos de la derecha

A pesar de que terminó el paro de camioneros en Chile, la agenda de la derecha se sigue fortaleciendo con estrategias del terror.


Reporte de Juan Ortega, periodista de Radio JGM en Chile [Descargar]

 Por Juan Ortega Radio JGM

 

Otra vez se repite la estrategia mítica de la derecha para presionar a los gobiernos: El paro de camioneros. En un país donde el transporte de mercancías ha sido monopolizado por gremios privados de camioneros, por más de 40 años, el gesto de cortar las carreteras y llenar los caminos de camiones como medida de presión, es un modelo que asfixia y apremia a toda la sociedad ante el temor por el desabastecimiento y la imposibilidad de movilizarse por el país.

Los camioneros en Chile son una raza compleja, fieles a los intereses más conservadores y neofascistas, siempre han sido la carta que juegan los poderosos, para establecer un escenario de inestabilidad y de poco control gubernamental. 

Este icónico gremio fue el mismo que hizo un gran paro en el gobierno de Allende, que fue crucial para desestabilizar a la Unidad Popular en 1972, argumentando que la crisis económica de aquel entonces y las medidas de fijación de precios estaban generando un caos del que se responsabilizó a la administración socialista de aquel entonces. Los actuales dirigentes son fieles a la misma tradición.

Desde esa época titular Paro de Camioneros para cualquier medio o noticiero de Tv actual, involucra proyectar esa sombra de temor y de caos sobre la opinión pública. Carreteras cortadas, desabastecimiento y alza de precios son consecuencias inmediatas que la medida pone sobre la mesa

Cual fantasma que vuelve a aparecer para cumplir su cometido, la carta se vuelve a usar en este mes de noviembre de 2022 contra el gobierno de Gabriel Boric, el presidente más joven en la historia de Chile, ya que desde el pasado 21 de noviembre se anunció una paralización de las principales federaciones de transporte de Chile, tanto del norte, centro y sur. Las razones de este paro: la falta de medidas de seguridad para el gremio y una exigencia particular  de congelamiento del precio del petróleo para su sector.

En este nuevo capítulo del arco dramático de la derecha chilena, la presión la recibe un gobierno ya debilitado, que asumió en marzo de este año, con un puñado de promesas de justicia social y transformaciones políticas profundas que al poco tiempo de andar ha demostrado no tener mayor interés en cumplir.

Una gestión del ejecutivo que tiene, según las encuestas empresariales, un 68% de desaprobación, y que según muchos analistas, luego de la derrota del plebisicito constituyente del pasado 4 de septiembre se ha quedado sin estrategia ni relato político.

La aparición de un nuevo paro de camioneros, no es otra cosa más que la continuación de un camino de formas de presión de la derecha, que ve a una izquierda débil, un gobierno errático y que debe continuar profundizando la desestabilización social. Su agenda no acabó con la derrota de las narrativas emancipatorias construídas desde la revuelta, sino que tiene una dirección más larga.

Luego de una semana de negociaciones, y con la ayuda de figuras políticas ex concertacionistas, representantes de la casta política desprestigiada, y de actores empresariales faranduleros, se ha logrado encontrar un acuerdo con las principales federaciones del transporte, incluyendo en la oferta formas de adecuar las alzas del combustible, en especial para las empresas más pequeñas, sumando un plan operativo de seguridad de las policías en diversos puntos del país, y una promesa de construcción de áreas de descanso para la zona norte de Chile.

Es decir, uno de los gremios más privilegiados de Chile, con un mercado monopólico y una rebaja de impuestos, presionó y rapidamente el gobierno ha cedido y entregado, como se dice en jerga nacional, el oro y el moro a los instigadores.

Resulta paradójico, que un gobierno que se ha dicho progresista, porque de izquierda no es, responda con tanta celeridad a los requerimientos de un gremio con una historia tan marcada por el fascismo. Los camioneros logran alargar la exención del pago del impuesto a los combustibles, algo que ningún otro sector tiene en Chile, y amarran promesas de mejoras de infraestructura que van en directa ayuda al desarrollo de la industria del transporte terrestre. Así aparecen públicamente como ganadores del gallito mediático.

La situación de las carreteras cortadas que debiera ser un atentado a la libre circulación, se vuelve un escenario de comedia: Carabineros resguardando a los camioneros, participando en asados y casi en alianza con el gremio, que con consignas llenas de discursos de odio, simulan una movilización, y un gobierno que recurre a gremios empresariales para poner orden.

Raudo fue el ejercicio de resguardo que hizo la policía del derecho a la protesta de los camioneros, la misma policía que responde con violencia y militarización a demandas sociales básicas que se han venido fraguando por años desde las calles, ojalá no hayan tenido que dejar de cuidar las plantaciones forestales de los dueños del sur de Chile para venir a escoltar a los camiones, a la zona central.

Desde el gobierno se anunciaron querellas por ley de seguridad interior del estado hacia los responsables, algo que vemos que si funciona en casos de presos de la revuelta, organizaciones que citan a marchas y en contra de comuneros mapuches.
Habrá que ver si en este caso son tan útiles.


PROGRAMA: Panorama Sur

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