La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó su informe anual sobre lugares de encierro, políticas de seguridad, niñez y salud mental de la provincia de Buenos Aires.
Adolfo Pérez Esquivel es el Presidente de la Comisión Provincial por la Memoria [Descargar]
Dora Barrancos es la Presidente de la Comisión Provincial por la Memoria [Descargar]
Roberto Cipriano García es el Secretario de la Comisión Provincial por la Memoria [Descargar]
Cristina Castro, mamá de Facundo Astudillo Castro [Descargar]
Yamila Zavala Rodríguez, integrante de la Comisión Provincial por la Memoria [Descargar]
Victor Mendibil, integrante de la Comisión Provincial por la Memoria [Descargar]
Nora Cortiñas, integrante de la Comisión Provincial por la Memoria [Descargar]
El 2021 se trata de un año marcado por la pandemia, que evidenció aún más la crisis humanitaria del sistema penal luego de cuatro años de crecimiento sostenido de la población detenida. La actual gestión de gobierno reconoció y asumió en los primeros meses la tarea de descomprimir un sistema penitenciario con elevados índices de sobrepoblación y hacinamiento. Una posición positiva que logró un leve descenso de la población en cárceles rompiendo la tendencia creciente de la última década. Estas iniciativas no tuvieron su correlato en las decisiones del Poder Judicial ni en las políticas del Ministerio de Seguridad: a pesar del descenso de los delitos, aumentaron exponencialmente las aprehensiones y la violencia policial, y las comisarías tuvieron la sobrepoblación más alta de los últimos 15 años.
Como cada año, el informe anual de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presenta un extenso diagnóstico del sistema penal en la provincia de Buenos Aires. Es un trabajo que el organismo puso siempre a disposición de los tres poderes del Estado como un aporte al diseño, modificación e implementación de una política criminal, de seguridad, penitenciaria, de niñez y salud mental que garantice y respete los derechos humanos. Este es el primero que se presenta luego de la designación formal de la CPM como Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, y está enmarcado en el contexto excepcional impuesto por la pandemia por COVID-19.
Los discursos e intenciones del Ministerio de Justicia, los avances importantes en salud mental y otros índices alentadores como la leve caída interanual de personas detenidas, y el descenso de jóvenes y mujeres en el encierro, no encontraron su correlato en el poder judicial que continuó reacio a los cambios, convirtiéndose en el sostén de esta política de sobre encarcelamiento. La gestión del ministro de seguridad Sergio Berni, consolidó las mismas políticas punitivistas de sus antecesores.
En las políticas de seguridad de la Provincia se intensificaron tres rasgos: retroceso en la conducción civil de las policías y unificación de las jefaturas, profundización del esquema de saturación policial como mecanismo de gestión territorial y agravamiento de la crisis humanitaria en las comisarías. A diferencia de otras áreas de la actual gestión, el Ministerio de Seguridad insistió en una receta que ya tiene 20 años y un fracaso reiterado: el punitivismo como única respuesta a los problemas de seguridad.
Como el mismo gobierno reconoció, los delitos se redujeron en promedio casi un 30 % por efecto del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio; sin embargo, crecieron exponencialmente las aprehensiones policiales: de 280.000 en 2019 se pasó a 410.088 en 2020, es decir 130.000 personas más. De estas 410.088 personas aprehendidas, apenas 37.607 (9,2 %) fueron privadas de su libertad por imputación de un delito y sólo 15.249 (3,7 %) ingresaron luego al Servicio Penitenciario Bonaerense porque se les dictó prisión preventiva o fueron condenadas.
Es decir, casi 9 de cada 10 personas fueron aprehendidas sin vinculación con la comisión de delitos. Esa hiperactividad y arbitrariedad de las fuerzas policiales en el despliegue territorial tuvo dos consecuencias directas: el aumento de la violencia policial y la saturación de las comisarías como lugares de detención.
Sobre las violaciones a los derechos humanos en comisarías, el incremento de personas detenidas en dependencias policiales alcanzó en noviembre el record de los últimos 15 años: 5.600 personas se alojaron en 1.221 plazas. El promedio anual fue de 4.849 personas, esto implicó una sobrepoblación del 295%, casi 80 puntos más que el año anterior. En ese contexto crítico, 18 personas murieron en comisarías bonaerenses durante 2020; la misma cantidad que en 2018 aunque tres personas menos que en 2019.
Por otra parte, el Ministerio de Seguridad continuó incumpliendo con las órdenes judiciales de clausurar comisarías, incluso con una resolución del propio Tribunal de Casación provincial y también con lo dispuesto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que otorgó medidas cautelares sobre 21 dependencias.
A diciembre de 2020, se informaron 304 comisarías ocupadas, de las cuales 131 se encontraban inhabilitadas para alojar personas ya sea por inhabilitación ministerial o clausura judicial. Sin embargo, en esta condición alojaban al 36% del total de personas detenidas.
Finalmente, no sólo el Ministerio continuó incumpliendo órdenes de clausura, sino que también demostró su desdén con las instancias de diálogo y se ausentó sistemáticamente de las mesas de trabajo convocadas por el gobierno en el marco de las medidas cautelares en trámite ante la CIDH.
La CPM presenta este informe, el Sistema de la crueldad XV, como una herramienta para la transformación profunda de la política criminal en la provincia que promueva y consolide el paradigma de los derechos humanos como garantía fundamental de la democracia.
En la presentación dieron su testimonio entre varias personas: Dora Barrancos; Adolfo Pérez esquivel; Roberto Cipriano García; Cristina Castro, mamá de Facundo Astudillo Castro; Yamila Zavala Rodríguez; Victor Mendibil y Nora Cortiñas.
Fuente: https://www.comisionporlamemoria.org/
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