Mariano Obarrio, periodista de La Nación, dialogó con Fuera de Servicio sobre las implicancias de la Ley de Educación Sexual Integral que contempla la identidad de género.
“Hay sectores provida que reniegan de la ESI. En lo personal defiendo la importancia de la educación sexual integral. La 26150 es una ley que no contiene en sus artículos ninguna referencia a la ideología de género”, manifestó el periodista.
“La de 2006 es una buena ley que serviría para que los niños pudiesen desde chiquititos aprender las diferencias corporales, aprender científicamente cómo es su cuerpo, a respetarlo, a evitar embarazos no deseados”, insistió Obarrio.
En cuanto a las negativas destacó que lo que rechazan es el artículo 2 del nuevo proyecto, que introduce la “ideología de género” y otros artículos que eliminan el ideario institucional de las escuelas y el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos.
“La Ley 26743 de identidad de género contempla que no existe el sexo de hombre o mujer y que la sexualidad es una cuestión de autopercepción, que no tiene relación con el sexo “asignado” al momento del nacimiento”, explicó el entrevistado.
“La ideología de género no es solo el respeto por la diversidad sexual- con lo que estamos de acuerdo- sino que es una concepción, una manera de ver a la sexualidad que no compartimos”, manifestó Obarrio. Quien además aseguró que la ley con ideología de género “invita, induce y promueve al cambio de la orientación sexual”.
“Nosotros creemos en la teoría científica que sostiene que existe varón y mujer y que la anatomía define la sexualidad de una persona. No compartimos que se le enseñe a los chicos que la sexualidad está definida por una autopercepción. Si vos a los chicos los dejás probar todo, si los incentivás a otros juegos de otro tipo de orientación sexual, eso puede llegar a repercutir en la disforia de género,” concluyó.
Cuando se cuestionó su accionar en el hospital Rivadavia junto a un grupo antiderechos, intentando impedir un aborto no punible, imponiendo su ideología y valores por sobre los de la ley, el periodista argumentó que “lo que se pedía era que se resguardara una vida, que se había filtrado por una muy buena fuente (entre los médicos de las organizaciones pro vida y abogados) de que se iba a producir un aborto que no tenía causales o que la causal no estaba debidamente justificada”.
Cabe señalar que las causales son parte de la historia clínica de cada paciente y que las historias clínicas son confidenciales.
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